Inseminación artificial consiste en el depósito de espermatozoides de manera no natural en la mujer mediante instrumental especializado y utilizando técnicas que reemplazan a la copulación. En la mayoría de los casos los espermatozoides se introducen a la cavidad uterina (inseminación intrauterina).
En la inseminación artificial hay dos posibilidades:
1. Inseminación artificial homóloga o del cónyuge (IAC)
Se realiza introduciendo el esperma, del marido o de la pareja, una vez tratado adecuadamente en el laboratorio, en el útero de la paciente.
Está indicada en:
- Fracasos en obtener una gestación mediante coitos programados.
- Alteración de la ovulación.
- Interacción anómala entre los espermatozoides y el moco cervical
- Creación de anticuerpos anti espermatozoides
- Disminución leve del número, movilidad o morfología de los espermatozoides.
- Dificultad de penetración de los espermatozoides en la cavidad uterina.
- Alteraciones de la eyaculación.
- Esterilidad de origen desconocido.
Se pueden realizar una o dos inseminaciones por ciclo en función de sus características personales y las del ciclo. En el caso en que se desarrollen más de cuatro folículos en estado periovulatorio, se recomienda anular la intervención ante el alto riesgo de embarazo múltiple.
La muestra de eyaculado se trata en el laboratorio para concentrar y capacitar a los espermatozoides con lo que se consigue una separación óptima de los mejores espermatozoides que serán colocados posteriormente en el útero de la paciente. En estas condiciones la fecundación ocurre de forma natural en el interior del cuerpo de la mujer.
Las ventajas de la inseminación artificial es que se trata de un proceso mínimamente invasivo, con un compromiso emocional bajo, absolutamente indoloro y que no precisa anestesia, ya que la introducción de la muestra espermática, en el útero, se realiza con un catéter flexible y fino.
2. Inseminación artificial heteróloga o de donante (IAD)
Se realiza introduciendo el esperma de un donante, previamente seleccionado y tratado, en el útero de la paciente.
Está indicada en:
- Azoospermia secretora (ausencia de espermatozoides y células espermáticas en testículo).
- Mala calidad seminal que no permita IAC (alto número de espermatozoides inmóviles, anómalos o muertos) y cuando la pareja haya fracasado en otros intentos de IAC o no quiera realizar una FIV.
- Alteraciones cromosómicas o genéticas del hombre. Se pueden realizar una o dos inseminaciones por ciclo menstrual en función de sus características personales y las del ciclo.
Las técnicas utilizadas y las precauciones por tomar son las mismas que en el caso de la IAC.